Si existe una persona en el mundo perfecta para recomendarnos películas, ese es sin duda el gran Martin Scorsese, ese genio del séptimo arte que desde hace décadas ha dirigido algunas de las mejores obras de nuestro tiempo.
Desde Taxi Driver hasta las Isla Siniestra su narrativa cinematográfica ha marcado no sólo lo que vemos cuando se apagan las luces, sino la forma en la que concebimos nuestra errática humanidad.
Pero además de ser un creador, Martin es un cinéfilo de lo más experimentado. Desde niño se ha dedicado a mirar, a conocer y a aprender de los grandes directores, guionistas y editores del planeta.
Para Scorsese, cada largometraje es una oportunidad de aprender a ser mejor artista. Al respecto, hace tiempo en una entrevista comentó:
“A menudo me preguntan jóvenes cineastas, por qué miro películas viejas, la respuesta es, porque todavía me considero un estudiante, entre más películas hago más me doy cuenta que no sé nada…”
Algo sobre Martin Scorsese
Nació en Queens, Nueva York un 7 de noviembre de 1942. Se crio en un barrio de migrantes italianos que le enseñó de primera mano los claroscuros del “american dream”. Sus papás querían ser actores y desde los primeros días le mostraron los destellos del arte escénico.
Además de las calles, llenas de pasta y de tradiciones arraigadas, su infancia estuvo marcada por el asma. Una condición que le impedía salir a la calle a jugar con los otros niños y lo orilló a quedarse encerrado viendo toda clase de películas.
La primera cinta que vio en su vida fue Duelo al Sol de 1946, se impresionó tanto que consiguió un proyector.
De joven quería ser cura, pero afortunadamente para él y para el mundo, aparecieron en las carteleras las películas del neorrealismo italiano. Las obras de arte de Fellini, Rossellini y Visconti influenciaron para siempre su vida y lo impulsaron a entrar a la Escuela de Arte de Nueva York donde hizo sus primeros cortometrajes.
Su primera largometraje se tituló, Quien llama a mi puerta una pieza marcada por la crítica a la sociedad americana, que nos muestra la falta de límites morales de un personaje capaz de vender sus principios al mejor postor.
El resto de la historia lo conocemos todos. Sabemos que este fue el inicio de un universo dantesco, plagado de sueños rotos y una atmósfera de embudo. Un taxi amarillo, un ring lleno de sudor, un vestido de lentejuelas en un casino, un multimillonario quitándose los gérmenes de las manos.
Las ocho películas que aterrorizaron a Scorsese
Recientemente, el artista neoyorquino le compartió a la publicación estadounidense The Daily Beast una lista en la que se incluyen sus obras macabras favoritas. O por lo menos aquellas que tuvieron una gran influencia dentro de su poética y estremesieron sus entrañas.
Hay que destacar que estas películas son perfectas para pasar un Día de Muertos rodeados de momentos agitados, gritos anónimos, casas embrujadas y alguna que otra fuerza tenebrosa del inframundo.
Los intrusos
Allen Lewis, 1944
Dos hermanos han comprado una mansión, grande y oscura, sin saber que uno de sus viejos inquilinos se niega a abandonarla y hará todo lo posible para que se vayan.
Al caer la noche
Varios directores, 1945
Un grupo de amigos con ganas de divertirse y de aterrorizarse se reúne en una casona oscura a contar tétricas, y casi muy realistas, de terror. Desde el fantasma de un niño, hasta un espejo maldito.
Una cita con el diablo
Jacques Tourneur, 1957
Tras una misteriosa muerte provocada por una secta satánica, un escéptico investigador emprende un viaje para descubrir qué es lo que realmente pasó.
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